jueves, 12 de septiembre de 2013

Camino Soria

Debemos confesarnos apasionados de esta provincia, llena de naturaleza, inmensos pinares grandiosos, de clima extremo, de gran altitud, lugar de nacimiento de buena cantidad de los ríos que vierten al valle o bajan a la meseta, y lleno de pequeños pueblecitos, monumentos todos ellos, que atestiguan una pasada grandeza. Todo eso es Soria. Hemos hecho otros viajes por Soria capital y el Duero, Agreda y sus puertas califales, Almazán y sus murallas, Berlanga de Duero y su gran castillo, San Baudelio y sus pinturas,... Este año decidimos ver el centro y Suroeste de la provincia. Y lo disfrutamos a tope.

COMO LLEGAR.

Pues hay muchos caminos a Soria pero el más habitual es por Tarazona y el Moncayo. El problema es que la carretera es mala, pese al recién arreglado puerto de las Lanzas, y con mucho tráfico. Así que decidimos ir por Calatayud, y luego subir por el valle del río Ribota. Paramos a comer en Villaroya de la Sierra, antes de llegar a la provincia de Soria. El pueblo nos sorprendió por los restos de las dos fortificaciones que hay en cada una de las lomas que presiden la localidad, una se llama castillo del Rey, donde se conserva la torre del homenaje, y el de enfrente, donde hubo una fortificación árabe, el castillo de la Reina.

Tras pasar Soria, cogimos la carretera de Burgos hasta Abejar, allí cogimos el desvio al pantano de Cuerda del Pozo, entre medio de inmensos y magníficos pinares, la mayor reserva de la península. El agua estaba fresca pero Sara y yo nos bañamos. Sara luego no quería salir.

EL LUGAR.

Deberíamos hablar de los lugares que fuimos a ver durante los días siguientes:
LA FUENTONA. Espacio protegido donde una surgencia natural de un acuifero subterráneo da lugar al nacimiento del río Abión. El lugar es precioso pero el paseo hasta allí también merece la pena pese a a falta de agua en esta época del año.

EL SABINAR DE CALATAÑAZOR. En los suelos más pobres y calizos se concentran los mejores sabinares de España, y por tanto, del mundo. Este austero árbol del Terciario siempre ha sido muy valorado por su resistencia y su durabiidad. Había ejemplares enormes.

CALATAÑAZOR. El pueblo es minúsculo pero en su reducido espacio interior a a murallas se conservan los restos de un castillo con su torre del homenaje,una iglesia románico-gótica, bellos ejemplos de arquitectura tradiciona basada en bases de piedra, estructuras de sabina y relleno de tapial o de adobe. Es como si el tiempo no hubiese avanzado desde el siglo XIV.

EL BURGO DE OSMA. La ciudad de Osma empezó con la construcción de la catedral románica, que sustituía la destruida basílica visigótica de Osma (Oxama), en las cercanías. De la catedral románica solo queda una preciosa sala capitular con la tumbra de Pedro de Osma, promotor de la misma, donde se conserva toda la policromía en la piedra.

Poco duró esta catedral al sustituirse por una gótica, que es la que se conserva, con importantes añadidos renacentistas y barrocos. La vida de la ciudad ha circulado en torno a esta importante sede episcopal. La Universidad de Santa Catalina, del s XVI ha sido convertida en un precioso hotel de lujo, alrededor de cuyo claustro de piedra tallada se disponene las habitaciones.

Este fue nuestro hotel de lujo.

CAÑON DEL RIO LOBOS. El río Lobos, ha excavado un impresionante cañón en la roca caliza de 24 kms desde su nacimiento en la provincia de Burgos a Ucero en Soria, donde vuelve a emerger convertido ya en el río Ucero.

Hicimos un pequeño paseo hasta la ermita tardo románica de San Bartolomé, que ya incorpora muchas soluciones y detalles góticos, en un marco de belleza incomparable.



GORMAZ. La pequeña aldea de Gormaz esconde dos maravillas en las laderas de la montaña a los pies del Duero; por una parte la iglesia de románico primitivo de S. Miguel de Gormaz, de ábside cuadrado, galería porticada al sur y unas estupendas pinturas románicas del s XI que se conservaban tras varias capas de cal en bastante buen estado.

Por otra, la fortaleza califal de Gormaz, en la cima del monte que controla el Duero, edificada en el siglo IX y cuyo alcázar fue reformado en siglos posteriores.

SAN ESTEBAN DE GORMAZ. Un poco más abajo del curso del Duero aparece esta localidad que esconde dos joyas del románico también. Las dos en colinas altas, y con galerías porticadas con preciosos arcos y capiteles, aunque algo deteriorados según la calidad de la caliza con la que fueron labrados.

Unas fotos hablan mejor que muchas palabras.

LOS ALREDEDORES.

Pues aún nos quedan muchas maravillas que descubrir de esta provincia. Para otra vez dejamos el norte, las sierras de Cebollera y Urbión, y las zonas altas de la provincia. Una maravilla desconcertante a descubrir.

Y  colorin colorado esta historia se ha acabado (de momento).