sábado, 10 de enero de 2015

GRISEL - Por tierras del Moncayo

Después de un largo parón en nuestro blog de cerca de un año hemos realizado el propósito de que no se pierda. ¡Y aquí estamos!
Aprovechando que ha salido un soleado día de invierno, nos hemos levantado con ganas de salir a pasear al "campo".
Nuestro destino: alguno de los singulares y sorprendentes lugares cercanos al Moncayo que nos quedan por conocer y de paso pasear y comer por Agramonte. Y el lugar elegido ha sido Grisel, del cual habíamos leído que habían habilitado el pozo de Los Aines y teníamos curiosidad por verlo.


COMO LLEGAR

Grisel es un pequeño pueblo situado en las faldas del Moncayo. Para llegar, si venimos desde Borja hacia Tarazona encontraremos un desvío poco antes de llegar a esta última población.
Para localizar el Pozo de Los Aines desde Grisel encontraremos a la entrada de la población un cartel indicándolo a la derecha y sin pérdida se llega a un aparcamiento y un mirador.





EL LUGAR

"El Pozo de los Aines es una dolina formada por el hundimiento de estratos calizos y yesosos, debido a la acción de las aguas subterráneas." (web de Grisel)
Dicha sima se encuentra situada en medio de un campo de olivos en el cual también se han instalado unas mesas merendero muy agradables.
Tras visualizar el exterior del pozo en el cual crece abundante vegetación, se accede por una escalera excavada bajo tierra y se desciende hasta un mirador en el interior de la sima.


Al comenzar el descenso, un sensor de presencia hace que se ilumine y comience una narración de la historia del lugar.



Al asomarse al mirador se comprueba lo que ya se adivinaba desde arriba, un fantástico fondo repleto de vegetación junto a las plantas de cuelgan desde la superficie crean un ambiente mágico.


ALREDEDORES

En  los alrededores se encuentra Tarazona, Borja y el Parque Natural del Moncayo por lo que no faltan lugares interesantes (se puede dormir en Grisel en un castillo que han rehabilitado como alojamiento recientemente). 

En esta ocasión hemos optado por seguir una carreterilla que sube por el mirador de La Diezma y nos permite llegar hasta Agramonte.


Allí hemos paseado, comido y visitado el centro de interpretación.


¡Un día estupendo aprovechando un fantástico tiempo!

Y colorín, colorado, este día se ha acabado...