martes, 23 de abril de 2013

Por tierras de Pamplona.

Hacia mucho tiempo que queríamos ir a Pamplona. Pese a lo cerca que está y que ya habíamos estado en otras ocasiones no habíamos tenido la oportunidad de visitar la ciudad tranquilamente. Al final se ha dado la ocasión y aprovechando un avance del verano por el fuerte calor que hizo en pleno mes de Abril, nos fuimos para allá. La semana anterior había estado nevando, y aún quedaban cúmulos de nieve en las montañas que rodean la ciudad.


COMO LLEGAR.
Nada más fácil. Solo hay que salir por la A-68 y seguir los letreros de Pamplona. En el viaje de menos de 200 kms atraviesas los más diversos paisajes. Desde el desértico del valle del Ebro, atravesando la verde vega del Ebro de Tudela y Castejón, a las llanuras de cerales de Tafalla y Olite, para acabar en el verde paisaje de la olla de Pamplona, clima mediterráneo seco de montaña.

EL LUGAR.
Pamplona se encuentra a algo más de 400 m. de altura, en el valle del Ebro, aunque su posición al norte cerca de las estribaciones Pirenaicas occidentales que concentran la mayor cantidad de precipitaciones, le permite beneficiarse de alguna de esas precipitaciones.  La diferencia de paisaje con el de las montañas un poco más al norte es notoria por la sequedad, pero a su vez, el paisaje es mucho más boscoso y verde que unos pocos kms más al sur.

Pese a la antigua historia de Pamplona, sede de uno de los reinos cristianos más antiguos de la península, y que los alrededores albergan cantidad de iglesias románicas, Pamplona conserva poco de ese patrimonio. Interesantes son la catedral gótico tardío con fachada monumental neoclásica o la portada gótica de San Saturnino


También remarcable es la fachada barroca de su ayuntamiento, construido tras la unión de los tres burgos que formaban Pamplona, en tiempos ya de Carlos III.


El monumento más importante es el sistema defensivo de fortalezas que, desde el siglo XVI al XVIII se construyeron alrededor de la ciudad antigua para defenderse de cualquier ataque del norte. La mayor parte de la ciudadela y bastiones defensivos se conservan todavía en buen estado. Algunos como el de Labrit están en fase de reconstrucción. Otros como la ciudadela, están totalmente restaurados y son una de las mayores áreas verdes y parques de la ciudad para disfrute de los ciudadanos.


La impresión que se tiene al recorrer el casco histórico es la de una ciudad amable, apacible, cómoda y acogedora. Llena de terrazas, calles peatonales, bares de excelentes tapas, y amplias zonas abiertas como la plaza del castillo. El paseo por los muros de la fortificación norte sobre el río son un placer, al igual que el corto recorrido de los encierros que atraviesan la ciudad vieja de norte a sur.

Había mucho ambiente callejero, con grupos de danza y música de todo navarra, danzantes vascos, joteros, paloteaus pirenaicos,.... Sara disfrutó como una loca.



LOS ALREDEDORES.
No nos dió tiempo, pero también hace tiempo que queremos ir por el Pirineo Navarro. Especial mención de otras visitas que hemos hecho por la zona son las ciudades de Estella y su rico patrimonio románico, al igual que Sangüesa, Tudela y su vega del Ebro, Olite y su fantástico castillo de cuentos, perfectamente restaurado y monasterios cistercienses como la Oliva o Fitero o Leyre. Para no perdérselo.

Y colorín colorado, este cuento también se ha acabado. Hasta otra.

sábado, 6 de abril de 2013

UN DÍA EN EL PARQUE DE ATRACCIONES

Esta vez decidimos llevar a Sara al parque de atracciones para premiar su buen comportamiento y su obediencia ciega a sus papas (bueno, no siempre, cuando quiere). Antes la pusimos bien guapa con un vestido nuevo que le regaló su tía Elena, aunque luego la volvimos a cambiar porque nos daba pena que lo estropeara el primer día.


COMO LLEGAR.
Pues no tiene pérdida, o cojes el bus, o el coche todo Torrero arriba. Al ir en festivo, llegas en 15 minutos. A Sara no le dió tiempo ni a dormirse, cosa que hace nada más subirse al coche.

EL LUGAR
Para el que no haya ido nunca al parque de atracciones de Zaragoza y espere encontrarse Port Aventura, puede sentirse defraudado, pero para que un niño o niña como Sara pase un buen día hay material de sobras. Lo que más gracia me hizo fue ver el mismo parque con las mismas atracciones, y hasta los mismos coches y carros que en mi tierna infancia. Está todo igual, 30 y muchos años después (cómo pasa el tiempo). Es verdad que han ampliado algunas nuevas al fondo del todo, pero las atracciones son las mismas. Espero que las revisen de vez en cuando porque el tren del oeste es de la época.

Así que elegimos algunas atracciones para que Sara subiera. Por ejemplo los caballos del oeste,

Y la barca del tunel

Y el tren del Oeste

Y los cochecitos (no los de choque)

en varios modelos, a poder ser rosas y de Hello Kitty.

Aunque tampoco hacía falta atracciones para que Sara disfrutara. Aquí está mimetizada en el medio, como una flor más.

En fin, que Sara se lo pasó estupendamente y nosotros también.

LOS ALREDEDORES.
Los pinares de Venecia, el pulmón de Zaragoza, el anillo de pinos en medio del desierto que rodea la ciudad por la parte sur, es un lugar estupendo para pasear, pero eso para otro día. Por hoy vale de emociones. Hasta la próxima.